Cuando se habla del proceso educativo siempre se llega a la conclusión de que en el intervienen tres actores principales: padres/madres, docentes y alumnos/as.
Cada uno de ellos tiene un papel muy importante, todos son necesarios y si falta uno el proceso se resiente.
Nosotros solo podemos actuar directamente sobre el papel de los docentes e indirectamente sobre el alumnado, sobre los/las padres/madres no podemos intervenir, ocurriendo la paradoja de que muchos docentes son padres/madres.
Como no podemos actuar sobre los padres/madres nuestra intervención educativa tiene que diseñarse sin considerar su intervención porque en la mayoría de los casos no va a producirse, de tal manera que si se produce sea un sobreestimulo positivo en nuestro trabajo. Luego a la hora de planificar nuestro trabajo tenemos que pensar que nuestro alumnado es huerfano porque en este caso todo apoyo que nos aporten sus padres será un sobreañadido.
Por ello tenemos que diseñar nuestra acción para poder recoger y reorientar a estos/as alumnos/as, dicha acción se tiene que mover teniendo en cuenta los siguientes parámetros:
- Siempre tenemos que motivar al alumno/a, su situación familiar es penosa, tu labor es que en tu clase se sienta cómodo, esto no es igual que dejarle al libre albedrío, es que el/la alumno/a se sienta importante, que note que para ti existe, que te importa su vida, tienes que conseguir una relación afectiva con el, yo siempre hablo de mis alumnos/as como si fuesen mis hijos/as, para crear ese lazo de unión hay que desarrollar un conjunto de habilidades que ya se han referido en anteriores entradas En la mayoría de los casos te vas a dar cuenta de lo infeliz y lo solo/a que está. Es más alguna vez te cuestionarás si sus padres existen o si les preocupa su existencia.
- Siempre tienes que ofrecerle una salida, me explico, por ejemplo, no puedes tomar la decisión de suspender a quien no tenga hechos los deberes que has propuesto para casa, porque lo más probable es que nunca los tenga hechos y no es porque no quiera, es que en su casa no hay nadie dispuesto a facilitarle la tarea, ¿tendrá una mesa para estudiar?, ¿tendrá una habitación para estudiar?, ¿sus padres le apoyaran facilitándole un tiempo para el estudio?, ¿valoran sus padres los estudios?, ¿tiene los medios y el ambiente adecuado para estudiar?,etc.
A todas las personas les gusta ser valoradas en su trabajo, imaginad como se tiene que sentir una persona que sabe que todos los días desde que entra en el aula hasta que sale siempre va a ser el ultimo y que no va escuchar una palabra amable, luego a la hora de elaborar los criterios de calificación hay que adaptarlos a esa situación.
- En el aula hay que trabajar a un nivel acorde con su nivel de competencia curricular, esto lleva a que tiene que haber, como mínimo, dos niveles de exigencia, por eso tenemos los contenidos mínimos para el nivel más bajo. No se puede pretender dar clase para el alumno medio y olvidarse de los que no llegan a ese nivel, trabajar así genera en las personas que no llegan a ese nivel una gran frustración, hastió, aburrimiento, etc, que ineludiblemente desemboca en el mejor de los casos en un problema de disciplina.Estamos trabajando con alumnos/as de Secundaria, se intenta formar ciudadanos, no científicos, no matemáticos, etc.
Todo esto no quiere decir que no se tomen medidas disciplinarias, ni que se imparta clase con un nivel deplorable.
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