Actualmente, curso0809, en Asturias se está haciendo la evaluación de la actividad profesional del profesorado, este proceso está generando mucha controversia y no pocos cabreos entre la profesión.
En estas líneas que siguen quiero exponer mi opinión.
Yo estoy de acuerdo con que mi actividad sea evaluada, otra cosa es cómo se evalúe y que se evalúe.
Durante los cursos 0405, 0506, 0607 estuve trabajando en un instituto que tenía el certificado de calidad siendo yo el responsable del sistema, durante esos años realicé y dirigí las correspondientes auditorías internas en la que nos auditabamos a nosotros mismos y sufrí las auditorias externas que nos hacía AENOR (empresa que nos certificaba) todos los años, con lo cual cuando hablo de este tema lo hago desde una situación de conocimiento del mismo.
Ahora años después escucho las mismas quejas y los mismos argumentos
Vayamos por partes, ¿Por-qué soy favorable al sistema de evaluación?
- Porque somos un centro público y tenemos que rendir cuentas de nuestra actividad ante el ciudadano, los/las ciudadanos/as han depositado en nosotros/as una gran responsabilidad, nos han otorgado el derecho de educar a sus hijos/as y tenemos que rendir cuentas por ello.
- Yo soy de los que cree en los servicios públicos y en su eficiencia y este es un sistema para alcanzar esa eficiencia.
- Dado el trabajo que desarrollamos, es la mejor manera de asegurarse de que no se da cabida a ineptitudes, a malas prácticas que nos degradan como profesión y nos afectan como padres.
Una vez dicho lo anterior, ¿cual es el problema?
- El principal es que la profesión no está aconstumbrada a ser evaluada y lo desconocido siempre genera temor.
- Otro problema es que no todos/as tenemos claro lo que somos, me explico, somos trabajadores/as por cuenta ajena y nuestro patrón es el estado que es la representación de los/las ciudadanos/as por ello tenemos que rendir cuentas ante ellos/as. Para explicar esto siempre pongo el mismo ejemplo: Imagínese que llama a un fontanero para arreglarle un grifo y mientras lo está arreglando observa que no queda bien y usted muestra su descontento y el le contesta:
-¿Quién es usted para criticar mi trabajo?. ¿Acaso usted sabe de fontanería?
¿Cuál sería su contestación?. Seguro que sería:
-Yo soy el/la que le pago.
Y acto seguido lo invitaría a abandonar su casa. Pues aquí es lo mismo, solamente que no te invitan a abandonar tú trabajo pues eres funcionario/a y esto tiene sus ventajas, sus tremendas ventajas.
Pero aún hay más críticas:
- La primera es que el resultado de nuestro trabajo depende del alumnado que tenemos y esto es una gran verdad pero no están evaluando los resultados, se evalúan las formas, las maneras, el cumplimiento de las normativas, la comunicación con los/las padres/madres, etc
- Otra crítica es que nosotros/as no fabricamos tornillos, esto también es cierto pero es que no nos estamos refiriendo a esto, lo que estamos evaluando es QUE DECIMOS LO QUE HACEMOS Y HACEMOS LO QUE DECIMOS , por favor sí usted ha llegado en su lectura hasta aquí, detengase unos instantes y relea la frase en mayúsculas y aplíquela a su trabajo y verá las enormes consecuencias que contiene.
- También se crítica el enorme papeleo que conlleva y esto también es cierto pero como siempre tiene su solución y es que también existen registros digitales pero aún así es necesario el soporte papel porque como en nuestra vida privada los papeles (títulos, escrituras, hipotecas, facturas, nóminas , etc) son muy importantes
Entonces, ¿cuál es la solución?
La solución pasa porque el proceso no sea de arriba a abajo sino de abajo a arriba y usted sufrido/a lector/a ahora mismo pensará:
-¿Cómo va a ser de abajo a arriba si no es algo que surja espontáneamente?
Pues usted tiene razón pero aquí entra la labor de la Dirección del centro que tiene que pilotar ese proceso, siendo serios y realistas, pocas direcciones se ponen de motu propio a esto pero para eso se les paga, ser Director no es fácil y ahora que son nombrados por la Administración es el momento de nombrar personas con las ideas claras y comprometidas con la calidad de los servicios públicos. A esto hay que añadir que se necesita un cuerpo de inspectores también comprometidos con el mismo objetivo y para terminar con una Administración que reme en la misma dirección.
Cuando se dan todas esas condiciones sí se puede producir un proceso de abajo a arriba que consiste en que el centro, sus componentes diseñan, adaptan, marcan los objetivos, se autoevaluan y, en definitiva asumen como propia la misión de trabajar por la calidad de los servicios públicos.
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