martes, 28 de julio de 2009

Papeles y más papeles

Una de las habituales quejas del profesorado es la increíble cantidad de papeles que hay que rellenar, queja que a mi me deja perplejo porque siendo tan legalistas como somos y teniendo en cuenta que en nuestra vida profesional los papeles tienen un valor muy importante porque:

Nuestro título universitario, ¿qué es?, un papel

Nuestra escritura de la casa, ¿qué es?, un papel

Nuestros cursos de formación, ¿qué son?, unos papeles y así con todo lo demás,cuando vas a presentar algo, justificar algún merito, ¿qué haces?, presentar más y más papeles.

Esta queja se complementa con el añadido de:



- Estos papeles nos impiden realizar nuestro trabajo.

Este argumento no se sostiene porque por una lado tenemos que en nuestro salario se nos pagan unas horas para dedicarlas a estos menesteres, son 7 horas, aqui van incluídas las evaluaciones, claustros, etc, con lo que la administración ya considera ese trabajo en nuestro sueldo.

Por otro lado tenemos que saber o considerar que nuestro trabajo no se limita solo a preparar las clases e impartirlas, nuestro trabajo es más que eso, como servicio público que somos tenemos que rendir cuentas de nuestro trabajo, tenemos que comunicar lo que hacemos y cumplir las normas y requisitos que nos impone la administración, y para hacer eso se necesita rellenar documentos que reflejen nuestro trabajo.



- Para mejorar la enseñanza se necesitan medios que no nos dan, este argumento se engarza con un aumento del sueldo

Este es un argumento con trampa pues se mezclan dos cosas, el trabajo administrativo con el trabajo docente propiamente dicho y no tiene nada que ver una cosa con la otra, es más la mejora de la enseñanza no tiene una relación directa con los medios de que se dispone, los medios como su nombre indica son ayudas a nuestro trabajo, no son un fin en si mismos, son un complemento que ayuda y hace más fácil nuestro trabajo pero sino hay un buen trabajo previo, una didáctica adecuada, unos conocimientos y unos contenidos para enseñar, los medios no suplen esas deficiencias, mas bien las acentúan.

Para terminar queda por decir que no hay una relación directa entre calidad de enseñanza y salario porque la enseñanza es algo vocacional, cosa que ultimamente se ha olvidado, por eso se nos llama profesores que no hace referencia a ninguna profesión o aspecto específico de nuestro trabajo



- Rellenamos papeles que nadie lee y que no sirven para nada

Este argumento tiene base real y es que el problema muchas veces es que quien determina que información desea conocer y diseña el formulario correspondiente no cree en ello, hace las cosas por hacerlas con lo cual como las cosas no se hacen con un objetivo, no sirven para nada.

Una de las críticas que se pueden hacer al sistema educativo es esta y para mi es la base de todos los problemas, las personas que dirigen el sistema parecen no creer en el y se limitan a cubrir el expediente sin grandes entusiasmos esto explica que muchas veces la administración emprende una nueva empresa , por ejemplo el proyecto de lectura, escritura e investigación, que al poco tiempo pierde ímpetu y termina muriendo por abandono y es que empezando por el profesorado y de ahí hacia arriba, nadie tiene claro cual es el objetivo final, con lo cual es lógico que cuando se rellenan/piden papeles/formularios quede la sensación que no valen para nada.



- Para que rellenar papeles si todos/as sabemos porque suspenden los/las alumnos/as

Esta es la observación que particularmente más me molesta, pues muchas veces un profesor decide a principios de curso el destino de un/a alumno/a en base a no se sabe que criterios y no varía su posición aunque el/la alumno/a se esfuerce y trabaje mas.

Abundando más en esta observación podemos llegar a vislumbrar ese toque de divismo que tenemos en la profesión que hace que nunca cuestionemos nuestra labor y afirmemos que los demás son culpables del fracaso escolar cuando en realidad nosotros somos los principales protagonistas.



También se puede añadir que ese "todos sabemos porque " no es cierto y que eso que todos sabemos tiene que estar reflejado en alguna parte, en algún documento, otra cosa es que la administración utilice esos datos para algo, cosa que aparentemente pocas veces ocurre.



- Yo ya aprobé una oposición para que me piden más cosas

Esta es una posición muy común en la profesión y es un reflejo de una mentalidad inmovilista, opuesta a cualquier novedad y que con el paso de los años cada vez es más indefendible, pues siempre hay que modernizarse, conocer cosas nuevas, la docencia, como todo en la vida va cambiando con el tiempo porque cada año cambian los/las alumnos/as y también cambia el/la profesor/a que es un año más viejo y hay que adecuarse y superar esos nuevos retos.

Hay también que apuntar que el haber superado un examen de ingreso que es una prueba memorística, no implica que seas un buen docente, prueba que la persona que ha superado esa prueba tiene unos buenos conocimientos técnicos pero no dice nada de sus habilidades docentes, de su capacidad de empatía, en definitiva de si está o no preparado para llevar una clase



- ¿Por-qué los tengo que rellenar si quién los va a leer no tiene ni idea de dar clase?

Esta es una apreciación que comparto porque muchas veces la administración educativa da la sensación de ser un ente autónomo que se funciona por inercia sin que halla el menor atisbo de reflexión sobre lo que se hace esto produce que se rellenen un montón de documentos sin sentido aparente de su necesidad y que muchas veces son formularios repetidos que se rellenan/piden y no se vuelve a saber más de ellos ni de sus resultados



- Con estos papeles nos vigilan, si no quieres tener problemas es mejor que apruebes a todo el mundo, los políticos solo quieren los aprobados generales para no molestar a nadie.

Esta es una postura muy perniciosa y en cierto sentido cobarde, se intenta justificar una postura personal injustificable.

Parte de dos suposiciones inciertas:

1.- Un aprobado general no genera protestas, esto no es cierto, aunque como es lógico depende de la importancia de la materia de la que estemos hablando y del nivel, no es lo mismo Física y Química de 3ºESO que Química de 2ºBachillerato, pero en ambos casos un aprobado general genera controversias entre los/las alumnos/as y los padres, sí es cierto que genera menos problemas que un suspenso general, pero no es menos cierto que según sube el nivel de los cursos aumenta el número de alumnos/as y padres/madres que se quejarían ante la dejación de responsabilidades por parte del profesorado

2.- La administración nos presiona para que aprobemos a nuestros/as alumnos/as , esto tampoco es cierto, la administración procura y vigila que se cumplan las programaciones, los criterios de evaluación y calificación que hay en las mismas y el resto de legislación educativa, he visto en primera persona, no por oídas, como la administración mantuvo el único suspendo de un alumno en 2º de Bachillerato.



- Los relleno con lo que esperan leer.

Esta es otra actitud bastante común entre el profesorado, personalmente creo que es una cobardía el rellenar un formulario no siendo sincero.Me explico, si has hecho las cosas lo mejor que has podido, si solo has tomado decisiones que se pueden explicar, no hay que tener miedo a una entrevista con el/la inspector, tu explicas lo que has desarrollado y esperas a que el/ella te informe de su opinión sobre ese tema y, educadamente, puedes diferir de sus criterios, teniendo siempre muy claro quien es el superior y quien el inferior. Hay que aprovechar la entrevista para que aclare tus dudas y a lo mejor, es muy posible que el/la inspector tenga unos argumentos que sean inatacables con lo cual saldrás de tu error

sábado, 11 de abril de 2009

La autoridad en el aula, ¿es cuestión de género?

En este artículo quiero tratar un tema que es un poco torticero y que se presta a muchas controversias y malas interpretaciones, es el siguiente: a la hora de dar clase, el género del profesor es una cuestión muy importante.

Esta cuestión es algo que nunca he considerado como un factor importante a la hora de entrar en un aula pero después de años de experiencia y teniendo además una hermana profesora y alguna que otra casualidad fortuita me ha llevado a reparar en pequeños detalles que corroboran la afirmación anterior.

Cuando un hombre entra en un aula los/las alumnos/as dan por hecho que tiene la autoridad, es difícil que durante los primeros días el alumnado ponga en cuestión esa autoridad, pero si una mujer entra en un aula tiene que demostrar esa autoridad ya que instintivamente el alumnado va a cuestionar esa autoridad.

Esta diferente actuación es un reflejo de la sociedad en que vivimos donde los roles sexistas se siguen manteniendo pese a todo lo modernos que nos consideramos.

Los/las alumnos/as ven en un profesor un reflejo de su padre y en una profesora el reflejo de su madre. Como su madre es, generalmente, quién los ha criado, están aconstumbrados a negociar con ella y, generalmente también, es más flexible que su padre por eso la autoridad de su padre no la ponen nunca en cuestión pero la de su madre sí porque están aconstumbrados a negociar con ella.

El tema es más complejo de lo que parece porque, y seguimos generalizando, no es lo mismo que los alumnos sean chicos o chicas, su actitud frente a la autoridad es diferente y su actitud adolescente también es diferente.

Los chicos cuestionan casi siempre esa autoridad, hacen gala de una independencia que no tienen y se mueven por impulsos instantáneos, no tienen un criterio definido, hoy están de acuerdo con tu labor y mañana la critican agriamente, su principal objetivo depende de la reacción que ellos perciban en las chicas del grupo de clase, son muy inmaduros, por todo esto su reacción frente a una profesora siempre es de dasafio, ven ella a su madre, a su hermana o a su abuela y creen que pueden negociar con ella y salirse con la suya, a esto se une el hecho de que, seguimos generalizando, la mujer es más dialogante que el hombre con lo que tenemos abonado el campo para el conflicto de poder que se produce en el aula.

A todo esto hay que añadir que en el caso de las chicas también se produce un cuestionamiento de la autoridad de la profesora pues vuelve a ser el reflejo de su madre con la que están cansadas de discutir por diferentes motivos: ropa, horas de salida y llegada a casa, labores del hogar, etc.

En el caso de un profesor el tema es más simple pues en un aula su principal grupo de apoyo son las chicas que al ser más maduras y ver en él el reflejo de su padre presentan una actitud más receptiva a aceptar la autoridad del profesor, así forman un grupo que no cuestiona esa autoridad y que defienden la labor del profesor y, lo que es más importante, en caso de errores puntuales por parte de este no cambian su actitud hacia él, todo esto tiene un límite, una vez que se pierde el apoyo de ese grupo es casi imposible volver a recuperarlo porque arrastran al grupo de chicos y en ese momento no hay prácticamente nadie que apoye al profesor dentro del grupo de clase.

Otro tema engarzado con el anterior, es la actitud familiar ante un profesor o una profesora, también aqui, y seguimos generalizando, se producen diferencias a la hora de asumir o aceptar las decisiones del/la docente, esta actitud vuelve a ser reflejo de la sociedad en la que nos movemos y que, vuelvo a repetir, no es tan moderna, desarrollado e igualitaria como creemos.

La conclusión final es que como ya he dicho muchas veces hay que considerar todos estos factores cuando se entra por primera vez en El aula y hay que diseñar estrategias para superar los diferentes inconvenientes que se producen en nuestra labor diaria.

Todo lo anterior no quiere decir, ni tan siquiera sugerir que la labor docente de los o las profesores/as pueda cuestionarse debido a su género.

domingo, 15 de marzo de 2009

Evaluación de nuestra actividad profesional

Actualmente, curso0809, en Asturias se está haciendo la evaluación de la actividad profesional del profesorado, este proceso está generando mucha controversia y no pocos cabreos entre la profesión.
En estas líneas que siguen quiero exponer mi opinión.
Yo estoy de acuerdo con que mi actividad sea evaluada, otra cosa es cómo se evalúe y que se evalúe.
Durante los cursos 0405, 0506, 0607 estuve trabajando en un instituto que tenía el certificado de calidad siendo yo el responsable del sistema, durante esos años realicé y dirigí las correspondientes auditorías internas en la que nos auditabamos a nosotros mismos y sufrí las auditorias externas que nos hacía AENOR (empresa que nos certificaba) todos los años, con lo cual cuando hablo de este tema lo hago desde una situación de conocimiento del mismo.
Ahora años después escucho las mismas quejas y los mismos argumentos
Vayamos por partes, ¿Por-qué soy favorable al sistema de evaluación?
- Porque somos un centro público y tenemos que rendir cuentas de nuestra actividad ante el ciudadano, los/las ciudadanos/as han depositado en nosotros/as una gran responsabilidad, nos han otorgado el derecho de educar a sus hijos/as y tenemos que rendir cuentas por ello.
- Yo soy de los que cree en los servicios públicos y en su eficiencia y este es un sistema para alcanzar esa eficiencia.
- Dado el trabajo que desarrollamos, es la mejor manera de asegurarse de que no se da cabida a ineptitudes, a malas prácticas que nos degradan como profesión y nos afectan como padres.

Una vez dicho lo anterior, ¿cual es el problema?
- El principal es que la profesión no está aconstumbrada a ser evaluada y lo desconocido siempre genera temor.
- Otro problema es que no todos/as tenemos claro lo que somos, me explico, somos trabajadores/as por cuenta ajena y nuestro patrón es el estado que es la representación de los/las ciudadanos/as por ello tenemos que rendir cuentas ante ellos/as. Para explicar esto siempre pongo el mismo ejemplo: Imagínese que llama a un fontanero para arreglarle un grifo y mientras lo está arreglando observa que no queda bien y usted muestra su descontento y el le contesta:
-¿Quién es usted para criticar mi trabajo?. ¿Acaso usted sabe de fontanería?
¿Cuál sería su contestación?. Seguro que sería:
-Yo soy el/la que le pago.
Y acto seguido lo invitaría a abandonar su casa. Pues aquí es lo mismo, solamente que no te invitan a abandonar tú trabajo pues eres funcionario/a y esto tiene sus ventajas, sus tremendas ventajas.

Pero aún hay más críticas:
- La primera es que el resultado de nuestro trabajo depende del alumnado que tenemos y esto es una gran verdad pero no están evaluando los resultados, se evalúan las formas, las maneras, el cumplimiento de las normativas, la comunicación con los/las padres/madres, etc
- Otra crítica es que nosotros/as no fabricamos tornillos, esto también es cierto pero es que no nos estamos refiriendo a esto, lo que estamos evaluando es QUE DECIMOS LO QUE HACEMOS Y HACEMOS LO QUE DECIMOS , por favor sí usted ha llegado en su lectura hasta aquí, detengase unos instantes y relea la frase en mayúsculas y aplíquela a su trabajo y verá las enormes consecuencias que contiene.
- También se crítica el enorme papeleo que conlleva y esto también es cierto pero como siempre tiene su solución y es que también existen registros digitales pero aún así es necesario el soporte papel porque como en nuestra vida privada los papeles (títulos, escrituras, hipotecas, facturas, nóminas , etc) son muy importantes

Entonces, ¿cuál es la solución?
La solución pasa porque el proceso no sea de arriba a abajo sino de abajo a arriba y usted sufrido/a lector/a ahora mismo pensará:
-¿Cómo va a ser de abajo a arriba si no es algo que surja espontáneamente?
Pues usted tiene razón pero aquí entra la labor de la Dirección del centro que tiene que pilotar ese proceso, siendo serios y realistas, pocas direcciones se ponen de motu propio a esto pero para eso se les paga, ser Director no es fácil y ahora que son nombrados por la Administración es el momento de nombrar personas con las ideas claras y comprometidas con la calidad de los servicios públicos. A esto hay que añadir que se necesita un cuerpo de inspectores también comprometidos con el mismo objetivo y para terminar con una Administración que reme en la misma dirección.
Cuando se dan todas esas condiciones sí se puede producir un proceso de abajo a arriba que consiste en que el centro, sus componentes diseñan, adaptan, marcan los objetivos, se autoevaluan y, en definitiva asumen como propia la misión de trabajar por la calidad de los servicios públicos.

martes, 17 de febrero de 2009

Mantener el nivel de exigencia al alumnado

Cuando se empieza un curso nuevo tenemos que planificar que vamos a dar, como lo vamos a dar, cuando lo vamos a dar y que nivel queremos mantener durante el curso. La tres primeras decisiones, el que, el cuando y el como lo reflejamos en la programación de la materia, en dicha programación se reflejan los conceptos, procedimientos y actitudes que queremos tratar, también aparece la temporalización donde planificamos nuestra tarea a lo largo del curso.

En lo referente al nivel, entramos en un apartado algo difuso pero que tiene una gran influencia en el devenir del curso escolar y que tiene variados enfoques.
Aquí entramos en un apartado que depende mucho del enfoque personal de cada profesor/a, bajo mi punto de vista, secundaria es una cosa y bachillerato es otra bien diferente, en secundaria mi objetivo es que todos/as alumnos/as alcancen unos objetivos mínimos y dar la oportunidad de poder avanzar más a aquellos/as alumnos/as que pueden adquirir más conocimientos, para ello mi estrategia se basa en trabajar en clase todos los conceptos de cada tema, partiendo de su nivel mínimo hasta alcanzar su nivel máximo, este objetivo lo trabajo en las pruebas individuales que mis alumnos/as realizan todas las semanas y que tienen siempre un nivel medio alto y de las que ya hable en otro artículo.

A la hora de diseñar una prueba individual siempre incluyo una serie de ejercicios que reflejen un nivel mínimo y después otros ejercicios de mayor dificultad, para que los/as alumnos/as con un nivel mínimo superen la prueba.

En bachillerato el tema es radicalmente diferente, esta etapa no es obligatoria y es la antesala de unos estudios universitarios, con lo que el nivel tiene que ser alto, y ya no hablamos de 2º de Bachillerato donde el nivel mínimo está marcado por las pruebas PAU.

Pero el objeto de este artículo no es ese, es otro diferente pero íntimamente relacionado con el, me refiero a que muchas veces algunos/as compañeros/as empiezan con un nivel alto y según avanza el curso va bajando ese nivel ante los resultados desastrosos que van obteniendo sus alumnos/as.

Es este un aspecto bastante complejo, como punto de partida dejemos claros algunos puntos:
1. Me refiero a Bachillerato
2. Los estudios de Bachillerato tienen como objetivo los estudios universitarios
3. No se puede estafar a los alumnos/as exigiéndoles poco porque este es el camino seguro al fracaso universitario
4. Hay que ser coherente consigo mismo, no se puede ir variando a lo largo del curso.

Una vez sentado el punto de partida, podemos ir analizando la situación. Cuando empieza un curso en el mes de septiembre tengo muy claro el nivel que deseo, sé que voy a tener un porcentaje de alumnos/as que van a tener dificultades para poder llegar a ese nivel, sé que voy a tener protestas, quejas, que me va a ser difícil que ellos/as asuman que ese nivel no va a cambiar. Pero una vez tomada esa decisión no se puede variar, hay que mantenerla hasta el final, por eso cuando el curso comienza hay que dedicar un tiempo para reflexionar que nivel de exigencia se va a pedir y plantear estrategias para sortear y si se puede superar los diferentes problemas que se van a plantear.

Por experiencia sé que al principio el alumnado se va a quejar y va a presionar para que el nivel baje, cuando llegue el primer examen y se vean sus desastrosos resultados van a esperar que te afecten esos resultados y bajes el nivel, en ese momento es cuando hay que ser más claro con ellos/as y explicarles cual es el objetivo del curso, aún así van a esperar que en el siguiente examen bajes el nivel, cuando comprueben que eso no va a ocurrir esperaran que en el examen de evaluación el nivel baje, porque bajo su nivel de vista suponen que no te vas a atrever a plantarte en la sesión de evaluación con unos resultados penosos, esto es reflejo de su experiencia previa en Secundaria donde la mayoría de las veces el nivel va bajando según avanza el curso, siendo en junio y en septiembre muy bajo.

Es más, en clase van a quejarse continuamente y van a esperar hasta el último momento para ver si eres capaz de mantener ese nivel y publicar en la sesión de evaluación esos resultados, su esquema de razonamiento es que cuando suspende la mayoría de los/as alumnos/as de la clase es debido a tu incompetencia, ese es el momento de plantarse frente a ellos/as y dejarles claro, muy claro las premisas establecidas en el punto de partida y ya señaladas más arriba. Se establece una pugna entre ellos/as y tu para ver quien es el que primero tira la toalla, es una situación difícil pero de la que se sale y se sale triunfando, para superar esta situación mis estrategias son:

1. Impartir en el primer trimestre los temas más difíciles e ir bajando el grado de dificultad de los temas según avance el curso de tal manera que los más fáciles se estudien en el último trimestre, así los/as alumnos/as ven como según avanza el año, su grado de dificultad va disminuyendo
2. Para que los/as alumnos/as puedan llegar al nivel que se les pide, cuando en un examen aprueba menos del 25% del alumnado, se repite pero sin bajar el nivel de exigencia
3. Unido a lo anterior, lo examenes de recuperación son de igual nivel de exigencia
4. Para que el proceso sea lo más transparente posible, los criterios de corrección de los examenes son públicos pues están escritos al lado de las preguntas que forman el examen
5. Muchas veces, la inmensa mayoría de las veces, se comprueba que nuestros/as alumnos/as no saben estudiar, por eso aprovecho cualquier oportunidad para aconsejarles métodos de estudio (esquemas, resúmenes, etc)
6. Para evitar la desmotivación que se produce, hay que diseñar los criterios de calificación de tal manera que el/la alumno/a siempre pueda aprobar en el examen final, porque si no es así puedes tener el caso de alumnos/as que ya estan suspensos en pleno mes de febrero, con lo cual se generará un problema de disciplina en el aula pues estaran aburrridos y sin ningún aliciente para intentar superar la materia

Es dificil mantener un mismo criterio a lo largo de un curso y más si estamos en 2º Bachillerato donde el nivel de exigencia, de urgencia, de penuria de tiempo es mayor, pero hay que estar preparado/a para superar esos inconvenientes. Como profesor/a no se puede bajar el nivel a lo largo del curso porque entonces no se consigue que los/as alumnos/as tomen en serio la materia y al profesor/a.
Todos conocemos el caso del/a profesor/a que da clase en 2º Bachillerato, pone el primer examen del curso, suspenden casi todos/as sus alumnos/as, los/as alumnos/as protestan, amenazan con quejarse la Director haciendo que el/la profesor/a varíe su criterio, en ese momento los/as alumnos/as “se han merendado” al/la profesor/a y eso ya no tiene solución, solo queda penar y arrastrarse el resto del curso

El año más difícil para mantener ese nivel de exigencia es el primer año que impartes clase en ese curso, porque para los siguientes años cuando entras en el aula el primer dái aunque nunca hayas trabajado con ellos/as ya te conocen por comentarios de otros/as compañeros/as y tu palabra tiene más fuerza, no tienes que demostrar nada, todo se da por supuesto.

viernes, 30 de enero de 2009

Carta de un/a alumno/a

Querido/a profesor/a de Física y Química soy el/la alumno/a de la última fila, sí ya sé que sabes quien soy, soy el que te da la lata, el/la que no para de hablar, en fin, ¡que te voy a contar que tu no sepas!

Ya sé que te parecerá difícil que haya escrito está carta sin faltas de ortografía pero es que le pasé el corrector del Word.

Quiero que sepas que no tengo nada contra ti, es que me aburro, nunca me cuentas nada interesante, ¿para que sirven los moles?, me hablas de que el volumen se mide en metros cúbicos cuando todavía no he encontrado un sitio donde la empleen, e todos los lados se usa el litro.

Siendo sincero tengo que confesarte que no me enteró de nada, antes en otros cursos atendía en clase y sabía de que estábamos hablando pero ahora no lo consigo.

No paras de decirnos que tenemos que estudiar pero es que no sé como se estudia y que tengo que estudiar, tú me dices que estudie el libro pero es que no entiendo lo que dice, ¿No tienes tú dificultades para entender los manuales de los electrodomésticos? ¡Pues imagínate como estoy yo!.

Es más en todos estos años nadie me ha enseñado como se estudia, ni nadie me ha exigido nada, pasé de primaria a secundaria sin que nadie me exigiese nada, con ir a clase y escuchar ya me llegaba para pasar los cursos, llegué al Instituto y de repente empezamos con la cantinela de que tengo que estudiar, los primeros años me seguía valiendo lo de atender en clase pero desde hace un par de años no me entero de nada.

Sé hacer muchas cosas pero es que en clase no valen para nada, sé manejar el Photoshop, ¿Quien crees que arregla las fotografías en mi casa?, se navegar por la red, me gustan los ordenadores, y que te voy a contar de la Play, se jugar a juegos con los que tu no sabrías ni por donde empezar, ¡no soy tonto!, ¡tú me haces tonto!
Me pides cosas que nadie pide en la calle, para que quiero saber hacer raíces cuadradas, polinomios, la geografía de América, los adjetivos-adverbios-pronombres, etc, si cuando hablo todo el mundo me entiende a la primera, es cierto que escribo bastante mal y que cometo faltas de ortografía, pero aunque escribiese bien no iba a aprobar, entonces ¿para qué?.
Lo que me enseñas no le interesa a nadie, en todos estos años sólo me ha interesado lo que me dijiste de los metros que se recorrían a 50km/h y poco más, cuando se lo dije a mi padre, quedó impresionado y, ¡ah!, se me olvidaba, que todos los cuerpos caen a la misma velocidad y desde la misma altura llegan a la vez al suelo, ¡le gané una apuesta a mi padre!

A veces te quejas de que te doy malas contestaciones o pongo mala cara, ¿que cara quieres que te ponga si sé que cuando me preguntas nunca sé las contestaciones? ¿me has dado alguna noticia positiva en todos estos años? Eso se lo dices a los/las empollones/as, a esos/as les sonríes, a mi que me parta un rayo

No me gusta el Instituto porque todos los días de mi vida me recuerda que soy un fracasado y un inútil.

¿Por-qué tienen que ser los estudios tan aburridos?, ¿Por-qué no pueden ser las cosas más interesantes?, pero sé que esto es imposible, los estudios son y serán siempre aburridos y no me sirven para nada, pones la televisión y allí no aparece por ningún lado lo que tu nos cuentas en clase, salgo a la calle y tampoco aparecen por ningún lado las cosas que tu me cuentas, tu no vives en el mismo mundo que yo. Hablas en un lenguaje diferente y no me entiendes.


Aprovecho para despedirme de ti, sé que mañana volveremos a tener los mismos problemas que hemos tenido hoy, me has mandado a Jefatura porque me he levantado a tirar un papel a la basura y de paso hice un comentario gracioso, pero es que llevaba ya 5 horas aguantando, piensa que yo cada día estoy 6 horas aguantando, cada hora entra un/una profesor/a en clase lleno/a de energía que nos cuenta cosas que según el/ella son fundamentales, cosas que a el/ella le gustan pero que a mi no me suenan a nada, y a la hora siguiente llega otro/a y vuelta a empezar, son incansables y allí estoy yo, al final de la clase, aburrido como una ostra y así 6 horas de los 5 días de cada semana y es que no aguanto más, no puedo más y si me marcho del Instituto llaman a mi casa, porque tengo muchas faltas y si tengo muchas faltas gano un castigo, luego no hay manera de salirse de esta pesadilla.

Esta es mi vida, mi perra vida, así que adiós y mañana volveremos a empezar.

viernes, 9 de enero de 2009

Solo hay que poner las notas que se pueden explicar

A lo largo de todos estos años, después de tratar con multitud de alumnos/as de diferentes entornos, de diferentes Comunidades Autónomas he descubierto muchas cosas, en muchas veces he descubierto que estaba equivocado, que hay muchas maneras de hacer las cosas bien y solo una o dos de hacerlas mal.

Mis alumnos/as, entre otras cosas, me han enseñado a ver las cosas de otra manera, desde otra óptica, que las cosas no son tan trágicas como parecen y que siempre hay esperanza de que las cosas se arreglen al final.

En general los/las alumnos/as son gente normal, ya sé que esto es una obviedad, pero ¡seamos serios! cuantas veces hemos escuchado en las salas de profesores comentarios que ponen en cuestión esa afirmación. Mi experiencia es totalmente distinta, la inmensa mayoría son gente muy comedida, que hace apreciaciones muy ajustadas a la realidad, cuando los alumnos hablan sobre el desarrollo de una clase, de como un/una profesor/a lleva una clase suelen ser bastante objetivos, entre otras cosas porque en una clase hay alrededor de 15-20 personas y es muy difícil que entre todos no describir de una manera bastante acertada lo que ocurre en el aula.

Otra cosa es que no nos gusten esas observaciones, desde mi óptica como padre tengo que reconocer que los/las alumnos/as tienen bastante aguante y que tienen una paciencia infinita.
A lo largo de estos años he sido muchas veces tutor, la mayoría de ellas de forma voluntaria y he tenido que mediar en conflictos entre el grupo de alumnos/as y algún/a profesor/a, de esos años como tutor aprendí que cuando se le pone una nota a un alumno para calificar su trabajo tiene que ser una nota que el/la alumno/a entienda y comprenda esa nota.

Muchas veces se nos olvida que la nota para un/a alumno/a es como nuestra paga mensual, nosotros trabajamos durante un mes y esperamos que al final del mes nos paguen lo que tenemos acordado y menudo escandalo si un mes no nos pagan, si eso ocurriera protestaríamos airadamente y esperaríamos una respuesta, un razonamiento lógico explicando que es lo que ha pasado, como a mi me pasó una vez y la explicación lógica fue que mi banco había cambiado la numeración de las cuentas y por eso aunque la administración había ingresado el salario, a mi no me había llegado, cosa que comprobé que era cierta y no tuve ninguna duda de que iba a cobrar sin ningún problema cosa que varios días después ocurrió.

Volviendo al tema, cuando ponemos una nota tenemos que ser conscientes de que tenemos que poder explicarle al alumno/a el por-qué de esa nota, desmostrarle de donde sale y justificarle porque su nota es diferente de la nota de otro/a compañero/a, sino somos capaces de explicar esa nota, es mejor no ponerla.

Debido a lo anterior, este año he retomado la constumbre que tuve hace unos años de entregar los exámenes fotocopiados a mis alumnos/as de 2º de Bachillerato. Solo lo hago en ese nivel porque bajo mi punto de vista es el nivel más importante y decisivo para un/a alumno/a porque en ese curso se esta decidiendo su futuro profesional y personal.

El sistema de funcionamiento es muy simple, cuando realizan un examen, al terminar les entrego el examen resuelto, después corrijo los exámenes, los fotocopio y se los entrego para que ellos/as comprueben si están bien corregidos. Así no hay trampa ni cartón, comparan como esta corregido su examen, en el examen están escritos los criterios de corrección que se van a seguir, también puede consultar el examen de un/a compañero/a, lo pueden comparar con las soluciones del examen que tienen en su poder y si tienen alguna duda saben que pueden consultarme cuando quieran. Saben que siempre estoy dispuesto a responder a todas las dudas que les puedan surgir.

Con este procedimiento alcanzo varios objetivos:

- Como los/as alumnos/as revisan su examen, sé que no he cometido algún error a la hora de la corrección, cosa que ocurre bastantes veces.

- El proceso de corrección y de calificación es totalmente transparente, a la vista de todo el mundo.

- Los padres tienen acceso a esos exámenes y pueden así comprobar de primera mano como van sus hijos.

- Los/as alumnos/as pueden identificar sus errores y buscar los medios para corregirlos ya que lo pueden comparar con las soluciones que también tienen en su poder.

Al final los/as alumnos/as saben y entienden sus notas, entienden como han alcanzado esas notas, y esas notas son asumidas por ellos/as de forma natural, evidentemente los/as que suspenden no están contentos/as pero no albergan ninguna duda sobre la justicia del procedimiento.