miércoles, 21 de julio de 2010

El final del curso

Este post es la continuación del titulado: Solo hay que poner las notas que se pueden explicar, publicado el 9-ENE-2009

Todos los años cuando llega el mes de Junio siempre se ven las mismas cosas, siempre los mismos problemas, los cursos pasan pero los problemas se mantienen, entre ellos hay uno que tiene una enjundia especial, me refiero al tema de las notas, más en concreto, al disgusto, el enfado, la critica que hacen algunos/as alumnos/as y sus padres, a sus notas, generalmente porque les parece que el/la profesor/a no ha sido justo/a en su valoración de la actividad realizada por el/la alumno/a, este es un hecho que entra dentro de la normalidad, es lógico suponer que el/la alumno/a, en general, espera más nota de la que al final aparece en el boletín de notas, este no es el problema, el problema al que me refiero es cuando el/la profesor/a no es capaz de explicar al/a alumno/a la nota que tiene en su materia.

Concretando y simplificando más el tema, me refiero a cuando un/a profesor/a pone una nota a un/a alumno/a porque es la que el cree que se merece pero no es capaz de explicar, razonar esa nota.

Hay profesores/as que ponen notas siguiendo su intuición porque como ellos dicen: “el rendimiento de un/a alumno/a lo sé desde el primer día de clase, tengo la suficiente experiencia para saber que alumno/a va a rendir y cual no, lo/a observo y sé lo que sabe y lo que se puede esperar de el/ella”, a veces la posición no es tan radical como la comentada, el profesor/a tiene unos criterios de calificación que aplica pero orienta el resultado guiándose por su instinto, es más, todo este argumento se adorna diciendo que si la nota de un/a alumno/a la calcula una fórmula, ¿que sentido tiene la labor de un/a profesor/a?

Esta posición lleva pareja la idea de que un/a alumno/a no es quien para cuestionar su labor profesional, abundando en esta idea, en España hay un sindicato, ANPE, que ha desarrollado una campaña que se titula:”¡Que no cuestionen tus decisiones!”, y parejo a esto va la queja de que el profesorado ha perdido autoridad desde hace unos años y que nadie lo defiende, para redondear el tema y como culmen de todo se pide más autoridad del profesorado ante las agresiones que sufre del resto de componentes de la Comunidad Educativa.

Vayamos por partes: primero,una agresión tanto verbal como física, nunca, nunca, nunca es justificable, nunca.
Segundo, siempre nos vamos a encontrar con alumnos/as cínicos/as que niegan todo y se aprovechan de todo, padres que son unos impresentables ( yo mismo soy padre)
Tercero, siempre se van a producir imprevistos que como su nombre indica surgen inadvertidamente y no sabemos como atajarlos.

Pero seamos sinceros todo lo anterior no es lo normal, es lo extraordinario, las agresiones no son moneda corriente, la inmensa mayoría del alumnado es gente normal, buena gente, la inmensa mayoría de los padres son buena gente, gente normal nada conflictiva y la inmensa mayoría del profesorado es, espero que seamos, buena gente.

Y para terminar, yo creo que un/a alumno/a o sus padres tienen todo el derecho de pedir que se les explique la nota de su hijo/a y nosotros como profesionales tenemos la obligación de explicárselo de manera que sea entendible

Debido a todo lo anterior mi posición es que solo pongo aquellas notas que puedo explicar, por eso mis criterios de calificación siempre se basan en magnitudes medibles, como ya he escrito anteriormente el primer día de clase lo empleo en explicar y dictar los criterios de calificación, es decir, lo que voy a valorar y como lo voy a valorar, no me gustan los criterios subjetivos porque al ser subjetivos no tienen una demostración fácil, como digo muchas veces, los/as profesores/as tienen que tener la capacidad de explicarle a un/a padre/madre porque su hijo/a tiene un 6,4 y el/la hijo/a del/a vecino/a de al lado tiene un 6,5.

Soy consciente que diferencias de nota de esa magnitud son superfluas, personalmente creo que es muy difícil tener un criterio para poder determinar de manera fiable que la diferencia de conocimientos de un/a alumno/a es una décima o cinco décimas, no creo que tenga esa capacidad y tampoco aspiro a tenerla, pero la sociedad es un ente cambiante, como ya he dicho muchas veces, no somos conscientes de que nuestro alumnado siempre tiene los mismos años y nosotros/as siempre tenemos un año más, y tenemos que adaptarnos a ese cambio porque si no lo hacemos nos quedamos obsoletos y fuera de juego.

La sociedad, todos nosotros entendemos las medidas cuantificables, cuando vamos a comprar un coche queremos que el vendedor nos comunique el precio exacto del vehículo, no nos vale que nos diga que el coche tiene un valor alto, medio o bajo, queremos el número, lo mismo nos pasa en cualquier otro aspecto de la vida, no nos vale la aproximación, queremos el valor exacto, un reflejo claro de esto son los relojes digitales, queremos saber el tiempo no en minutos, sino en segundos.

Pues sabiendo todo esto, tenemos que adaptarnos a ello y obrar en consecuencia, aunque a veces, pocas veces, esos criterios de calificación den notas que bajo nuestro punto de vista son injustas, porque a veces eso también ocurre, lo que hay que hacer es ir modificando esos criterios curso tras curso para minimizar esas injusticias que aunque sean muy pocas no por eso dejan de ser injusticias